1. Haz una lista por escrito, según su importancia, de todas tus metas financieras (por ejemplo: irte de vacaciones, comprar un auto, juntar para el enganche de tu casa), el costo estimado y el tiempo que te tomará lograrlas. Asegúrate de fijar metas realistas, es decir, acordes con tus posibilidades.

2. Muchas veces gastas en cosas que no necesitas, aunque parezcan pequeñas, se pueden convertir en una fuga para tus finanzas personales. ¡Revisa tu gasto hormiga!

3. Considera siempre el costo de oportunidad de cada una de tus decisiones, es decir, que al elegir una alternativa estás renunciando a otras. No se puede tener todo, al menos no en el mismo momento.

Un presupuesto es un registro de ingresos y gastos que debe llevarse por escrito −no mentalmente− de esta manera es más fácil organizar las cuentas. Con un presupuesto puedes:

a) Tener un mayor control de tus gastos.

b) Identificar  en que y cuanto gastas.

c) Conocer tu nivel de ahorro.

d) Conocer tu capacidad de pago.